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Culturismo: ¿un deporte peligroso para los jóvenes? (14 años – 16 años)
¿Es peligroso el entrenamiento de fuerza para jóvenes? ¿Hay algún riesgo en hacerles practicar el entrenamiento con pesas? ¿Cuál es el impacto real en el crecimiento y las articulaciones de nuestros hijos?
Muchos padres (y muchos educadores deportivos) son extremadamente reacios a permitir que sus hijos participen en ciertos deportes, especialmente aquellos destinados al desarrollo de la fuerza, como el culturismo. Estas prácticas se consideran “en riesgo” para su correcto desarrollo, o incluso particularmente peligrosas. ¿Está esto justificado o es completamente infundado?
Impactos del culturismo en los jóvenes
Muchas creencias han sido cuestionadas por estudios científicos recientes. Durante mucho tiempo se pensó que el entrenamiento de fuerza como el culturismo en los jóvenes era inútil e ineficaz antes de la pubertad.
Sin embargo, la literatura científica actual ha mostrado efectos significativamente positivos. Los nuevos datos dan incluso los argumentos a favor del desarrollo de esta cualidad física en los jóvenes. Entonces, ¿qué pasa con eso?
En general, la actividad física y deportiva (PSA) en jóvenes conduce a un mejor desarrollo de la masa muscular ya una reducción de la masa grasa. También aporta una mejor densidad ósea con «un impacto positivo en la salud ósea y la prevención de fracturas en la edad adulta» (enfoque profiláctico de APS).
La actividad física también ayuda a desarrollar la inteligencia motora y las funciones cognitivas en niños y adolescentes. Es el desarrollo de los mecanismos nerviosos (coordinación intra e intermuscular) lo que permite inicialmente un aumento real de la fuerza, aunque no se haya alcanzado la madurez hormonal.
Por el contrario, la ausencia de deporte puede conducir a una obesidad temprana en los niños e influir en el peso del futuro adulto. En efecto, la práctica de una actividad deportiva reduce la probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas y ciertos tipos de cáncer. Por tanto, es más que recomendable para jóvenes… ¡pero también para adultos!
Riesgos de lesión relacionados con el entrenamiento de fuerza
De acuerdo con los prejuicios actuales, el culturismo te expone a un riesgo de lesiones particularmente alto, especialmente cuando se utilizan pesas o máquinas. En el momento del crecimiento acelerado, el entrenamiento de fuerza provocaría lesiones en las placas epifisarias, el cartílago y debilitaría los ligamentos y los músculos y, sin embargo…
El culturismo no representa más riesgo para el sistema musculoesquelético de los niños que cualquier otra actividad deportiva cuando se supervisa. El entrenamiento de fuerza contribuye incluso al fortalecimiento de las articulaciones a través de la acción protectora de los músculos y estructuras como tendones y ligamentos.
Una encuesta de 13 a 16 años en escuelas del Reino Unido informa que por cada 100 horas de entrenamiento de fuerza se registran 0,012 lesiones en comparación con 0,8 y 0,14 lesiones por cada 100 horas de práctica en rugby y fútbol, respectivamente.
“Si bien el entrenamiento de fuerza alguna vez se consideró innecesario e incluso peligroso para los atletas jóvenes, hoy en día se lo considera cada vez más esencial en un programa de desarrollo deportivo.
La fuerza es una cualidad física fundamental que debe trabajarse de 2 a 3 veces por semana para mejorar la estabilidad articular y el control postural de los jóvenes en crecimiento.
Finalmente, la práctica del entrenamiento de fuerza para jóvenes (¡y no solo!) es ante todo una cuestión de sentido común y necesita ser supervisada: normas de seguridad, aprendizaje técnico, progresividad, equipamiento adecuado, apoyo individual, etc.
¿Qué pasa con la influencia del deporte en el crecimiento?
Hasta la fecha, ningún estudio científico muestra ningún impacto negativo del culturismo o cualquier deporte en el crecimiento, ¡siempre y cuando la ingesta de Alimentos sea suficiente! Debemos recordar una cosa: nuestro tamaño está programado por nuestro código genético. Punto.
Si bien la práctica deportiva no influye en la estatura adulta, sin embargo se ha observado que la velocidad a la que alcanzamos nuestra estatura adulta puede verse alterada por la práctica deportiva de alto nivel (¡> 15 horas de entrenamiento a la semana!).
La actividad física intensa puede influir en el sistema endocrino (hormonas) y, por lo tanto, alterar el crecimiento (particularmente sexual). Pero esto no es de ninguna manera definitivo o irreversible.
Por ejemplo, se ha observado un retraso en la menarquia (aparición del primer período) en niñas en determinados deportes de alto nivel como la gimnasia y la danza.
En la literatura se proponen dos teorías para explicar este fenómeno:
1. Frish et al (1971) establecen una fuerte correlación entre la relación peso/porcentaje de masa grasa con el retraso en el inicio de la menstruación. Cuanto menor sea el porcentaje de masaje graso, más se alterará el sistema hormonal. Esto demuestra la importancia de una dieta adecuada (calidad, cantidad) y su seguimiento para prevenir la aparición de trastornos alimentarios.
2. Malina, RM (1983), sugiere que:
- El retraso de las reglas está preprogramado y no está vinculado a la práctica del deporte.
- Nos movemos naturalmente hacia actividades que corresponden a nuestro morfotipo. Este fenómeno se denomina “proceso de socialización”.
Más allá de casos extremos, un entrenamiento razonable puede, por el contrario, tener efectos positivos en el desarrollo psicomotor y la salud general de los jóvenes:
- estabilidad articular,
- Coordinación motriz,
- Composición corporal (disminución de la masa grasa),
- Mejor sensibilidad a la insulina,
- Aumento de la densidad mineral ósea,
- Salud cardiovascular,
- Fitness> mental
Varios estudios muestran, por ejemplo, que el entrenamiento de fuerza es un factor de prevención importante para las lesiones del ligamento cruzado anterior (LCA). El entrenamiento de fuerza puede prevenir (o corregir) un desequilibrio de fuerza entre los cuádriceps y los isquiotibiales, a menudo responsable de un desgarro del LCA en niñas jóvenes en el momento de la pubertad.
Fuentes:
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